Cuando se proyecta una obra o reforma, uno de los aspectos más importantes es el coste de la instalación eléctrica. Este varía según factores como el tamaño de la vivienda, la complejidad del sistema, los materiales seleccionados y la experiencia del electricista, por lo que los presupuestos pueden diferir bastante. En Vibendo te explicamos cuánto cuesta y cómo planificar tu instalación eléctrica.
Entre los elementos que más influyen en el precio están las dimensiones del inmueble, la antigüedad de la instalación, si se requieren obras adicionales, la calidad de los mecanismos y luminarias, y el equipo profesional contratado. También es importante tener en cuenta gastos adicionales, como el boletín eléctrico o la instalación de sistemas de energía renovable, que si bien aumentan la inversión inicial, aportan mayor eficiencia y valor a la vivienda con el tiempo.
La mano de obra de un electricista suele situarse entre 20 y 90 euros por hora, mientras que los albañiles implicados en la reforma cobran entre 20 y 30 euros por hora. Instalar pladur o falsos techos puede costar entre 20 y 30 euros por metro cuadrado, y el boletín eléctrico puede variar entre 70 y 300 euros. Los mecanismos visibles representan una parte importante del presupuesto, hasta un 60% en algunos casos.
En promedio, el precio de una instalación eléctrica se sitúa entre 35 y 40 euros por metro cuadrado. Por ejemplo, un piso de 80 m² podría costar alrededor de 1.900 euros, mientras que una vivienda de 200 m² puede alcanzar unos 3.500 euros. En casas antiguas, el coste suele aumentar debido a la necesidad de sustituir instalaciones obsoletas y adaptarlas a la normativa vigente.
Para planificar correctamente y optimizar la inversión, conviene definir previamente los puntos de luz y enchufes necesarios, simplificar la instalación y solicitar presupuestos detallados. Elegir soluciones sostenibles y eficientes ayuda a reducir el consumo energético a largo plazo. Asimismo, se recomienda renovar la instalación cada 20 años y realizar revisiones periódicas cada 10 años para mantener la seguridad y el buen funcionamiento del sistema eléctrico.
Si organizas todo con antelación y conoces bien los pasos, tu instalación eléctrica cumplirá con las expectativas de seguridad y confort, y la reforma se desarrollará sin sorpresas.
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