La unión de dos pisos en un solo inmueble es una tendencia creciente para quienes buscan más espacio, funcionalidad y confort. Esta operación es totalmente legal si se cumplen los requisitos técnicos y administrativos establecidos.
El primer paso consiste en conseguir la autorización de la comunidad de propietarios. En edificios con división horizontal, la normativa exige que la mayoría de vecinos apruebe cualquier obra que afecte a elementos comunes o modifique la estructura del edificio.
Después se debe elaborar un proyecto de obra realizado por un arquitecto. Este documento evalúa la viabilidad de la unión, define la distribución y permite solicitar la licencia de obras ante el ayuntamiento. También pueden ser necesarias tasas como el ICIO o la gestión de residuos.
Una vez ejecutada la reforma, es imprescindible actualizar la situación registral y catastral. La vivienda resultante tendrá una única referencia catastral y se inscribirá en el Registro de la Propiedad como un solo inmueble. Además, se debe obtener una nueva cédula de habitabilidad que refleje los cambios.
Entre las ventajas destacan la optimización de suministros y gastos, la reorganización de cuotas de comunidad y posibles reducciones fiscales en impuestos locales como el IBI. Sin embargo, los costes iniciales y la complejidad técnica de la reforma son aspectos a considerar.
La unificación no es definitiva. Si cambian las circunstancias, la propiedad puede volver a dividirse mediante un proyecto de segregación, lo que ofrece flexibilidad ante cambios familiares o decisiones de venta.
Con el asesoramiento de Vibendo, transformar dos pisos en una sola vivienda se convierte en un proyecto planificado y seguro, logrando un hogar más espacioso, cómodo y adaptado a las necesidades de cada familia.
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